06 Jun Déficit de magnesio en la dieta
Hay evidencias de que una parte de la población puede presentar déficit de magnesio.
La mayoría de las veces está asociada a determinadas condiciones:
· Alteraciones gastrointestinales: problemas de malabsorción de nutrientes.
· Alteraciones renales: que produzcan pérdidas excesivas de magnesio por la orina.
· Alteraciones endocrinas: Diabetes mellitus.
· Ingestas inadecuadas de otros nutrientes, como ocurre en el alcoholismo (el consumo excesivo de alcohol aumenta la excreción urinaria de magnesio) y en la malnutrición proteico-energética (una ingesta baja de proteínas reduce la absorción de magnesio).
· Disminución en la absorción de magnesio en grandes quemados, hipocalcemias (niveles de calcio en sangre bajos).
·Ciertos tratamientos crónicos: el tratamiento crónico con diuréticos aumenta la excreción urinaria de magnesio.
Otras veces, es secundaria a una baja ingesta:
Estudios llevados a cabo en EE UU, Australia y Dinamarca han detectado que una proporción importante de las poblaciones estudiadas consumían menos magnesio del recomendado (1).
· Las personas mayores pueden tener un consumo de magnesio inferior al recomendado, debido a la falta de apetito típica de esta edad, a la limitada disponibilidad de productos o a la forma de preparar los alimentos (los cocinan en exceso).
· La transformación de los alimentos: el procesado industrial que sufren algunos alimentos, así como algunos fertilizantes utilizados durante el cultivo, contribuyen a la reducción del contenido original de magnesio en los alimentos, además del de otros minerales y vitaminas.
· La adopción de dietas occidentales han contribuido a una disminución importante de la ingesta de magnesio: consumimos demasiadas proteínas animales y alimentos refinados y pocos productos vegetales.
· Dietas de adelgazamiento desequilibradas o hiperprotéicas.
(1) Dreosti IE (1995). Magnesium status and health. Nutr. Rev. 53(9): S23-S27. Institute for Medicine (1997).
Dietary reference. Intakes for calcium, phosphorus, magnesium, vitamin D and fluoride. National Academy Press, Washington DC, pp 190-249.