01 Sep Arteriosclerosis, esa enfermedad silenciosa y letal
La aterosclerosis o arteriosclerosis es una enfermedad que afecta a las arterias. Consiste en la aparición de unas placas compuestas de grasa, colesterol, calcio y otras sustancias, “placa de ateroma”, localizadas en las paredes internas de las arterias, que pueden reducir o interrumpir la circulación sanguínea al disminuir el calibre interno de la arteria.
El desarrollo de la aterosclerosis es un proceso complejo y largo que empeora cuando envejecemos. Puede afectar a cualquiera de las arterias del cuerpo: corazón (aorta y arterias coronarias), cerebro (arterias carótidas y arterias cerebrales), piernas (arterias femorales) y riñones (arterias renales). Puede provocar diferentes patologías (agudas o crónicas) según sean las consecuencias derivadas del cese total o parcial del flujo sanguíneo en los diferentes órganos afectados.
Es un proceso de naturaleza multifactorial, en cuyo origen se implican:
3 factores de riesgo principales:
– la hipercolesterolemia
– la hipertensión arterial
– el tabaquismo
Otros factores:
– Diabetes mellitus
– hipertrigliceridemia (aunque no está demostrado totalmente)
– aumento de las concentraciones de homocisteína
– aumento de las concentraciones de la “lipoproteína a”, Lp(a)
Y los marcadores de riesgo, que son aquellas características de las personas, no modificables, que están asociadas a mayor riesgo para el desarrollo de la arteriosclerosis:
– la edad: a mayor edad más riesgo, pues el tiempo de exposición a las partículas aterogénicas es mayor
– el sexo: los hombres tienen más riesgo; sin embargo, a partir de la menopausia se iguala el riesgo entre ambos sexos
– los antecedentes familiares de cardiopatía isquémica
Y de todos estos factores el más importante, sin ninguna duda, para el desarrollo de la arteriosclerosis, es la hipercolesterolemia.
Por eso es importante mantener normales las cifras de colesterol. Aquí tienes algunas recomendaciones.