04 Jun La próstata
La próstata es una glándula en forma de castaña localizada por debajo de la vejiga urinaria, rodeando a la primera porción uretral, que secreta hacia ésta un líquido lechoso que contiene ácido cítrico y enzimas que contribuyen a la coagulación seminal. Este líquido supone cerca del 25% del semen y ayuda a la viabilidad espermática.
La próstata aumenta su tamaño gradualmente desde el nacimiento hasta el comienzo de la pubertad, para aumentar muy rápidamente durante ésta y permanecer estable hasta los 40 años.
Durante la emisión del fluido seminal, la glándula prostática se contrae rítmicamente siguiendo las contracciones del conducto deferente y libera la secreción que pasa a enriquecer el líquido seminal.
La HPB es una de las alteraciones urológicas más importantes que afectan a los varones. Se calcula que un 25% de los varones de 40 años tienen hipertrofia prostática y esta prevalencia asciende hasta un 80% en los varones de 70 años. Sin embargo, la significación clínica es menor, de modo que solo el 10% de los varones de 40 años o el 40 % de los de 70 años, padecerán síntomas derivados del crecimiento de la próstata.
Se calcula que en los países desarrollados la probabilidad de que un varón de 40 años requiera en un momento determinado de su vida algún tipo de cirugía por HPB es de un 30%. Sin duda, representa una de las causas más frecuentes de consulta urológica y supone un gasto sanitario de primer orden.
Esta enfermedad consiste en un lento y progresivo aumento de estructuras fibromusculares y epiteliales de la glándula y está en directa relación con la alteración de las tasas de hormonas masculinas.
El crecimiento y aumento de tamaño de la glándula prostática, preferentemente hacia el interior de la uretra, produce una disminución del calibre de la misma, provocando síntomas obstructivos e irritativos.
Al ser este crecimiento prostático un proceso lento, los síntomas aparecen progresivamente y secuencialmente destacando los siguientes:
Síntomas irritativos
– Disminución de la capacidad funcional de la vejiga que origina polaquiuria (se orina la micción muchas veces)
– Urgencia miccional
– Nicturia (aumento de la micción nocturna)
– Incontinencia con urgencia
Síntomas obstructivos
– Dificultad y retraso en el inicio de la micción
– Disminución del calibre y fuerza del chorro miccional
– Micción intermitente o prolongada
– Goteo postmiccional
– Sensación de vaciamiento incompleto
– Retención urinaria
– Incontinencia por rebosamiento.
En ocasiones puede llegar a producir síntomas más graves, como son la imposibilidad absoluta para orinar (retención urinaria), infecciones urinarias, la presencia de sangre en la orina o la alteración de la función de los riñones.
El pronóstico es impredecible y variable ya que puede permanecer estable o con cuadros más agudos en brotes o aumentar progresivamente o a veces debutar con una retención urinaria aguda . En la mayoría de los casos es un desarrollo progresivo.
Aunque hay una alta incidencia de HPB su etiología aún no ha sido totalmente discernida. En términos generales, se considera la HPB como una alteración endocrina de los varones maduros, en la que concurren factores de distinta índole, tales como cambios en el balance de las hormonas sexuales asociado al envejecimiento, interacción estromal-epitelial, factores de crecimiento, insulina, prolactina, etc..
Otros factores predisponentes al aumento del tamaño de la próstata son la existencia, en personas mayores de 70 años, de obesidad, hipertensión, intolerancia a los hidratos de carbono por resistencia a la insulina y alteraciones en las grasas de la sangre. En estos casos, el volumen prostático es cuatro veces superior y más rápido que en personas de la misma edad sin estos factores añadidos.
El diagnóstico básico se basa en los siguientes métodos:
1. Historia clínica y exploración con realización de TACTO RECTAL y Flujometria (objetivación del flujo miccional).
2. Analítica general de sangre y orina y determinación de P.S.A. (Antígeno prostático)
3. Ecografía abdominal y vésico-prostática. Determinación de residuo postmiccional.
En casos excepcionales, se requerirá la realización de exploraciones más complejas o invasivas como son: Urografía endovenosa, valoración endoscópica vésico-prostática, estudio urodinámico.
El tratamiento tradicional de la hipertrofia de próstata ha sido el quirúrgico. Recientes conocimientos sobre la estructura celular de la próstata y de la glándula hipertrofiada ha permitido desarrollar una serie de tratamientos, muy eficaces en la resolución de los síntomas y ciertos aspectos funcionales aunque no detienen la evolución natural de la enfermedad.
Las indicaciones obligadas de cirugía son la retención urinaria, residuo importante, infección urinaria recidivante, hematuria, insuficiencia renal causada por el adenoma, litiasis y divertículos vesicales.
Tradicionalmente se han usado los extractos vegetales en el tratamiento de la HPB, comprobándose su eficacia en la mejora de los síntomas.